martes, 11 de agosto de 2009

ESTA NOCHE


A penas me releo tu último verso
y ya como supuse es de madrugada,
la voluntad ya está, y yace sin remedio,
aquí, donde tocaste, dentro de mi alma.

Si supieras que hubo versos en que estabas,
y que pude tocarte sin besarte,
en que pude estar yo donde no estabas,
y allí, donde nunca me buscaste.

Si supieras que esta noche pude verte,
a la espera de un adiós que me dolió en el alma,
más pude derrotar tus imposibles,
pudiendo soñar juntos, como amor de alas.

Esta noche fui tu verso, y fui tu arte,
muy paralelo a ti, y a tu silueta,
y vi la dicha cómo pudo alcanzarte,
más aún, cuando tu no la vieras.

Esta noche que pude permitirme hasta ni verte,
yo pude llegar sin que estuvieras,
pude verte pecadora y comprenderte,
y ser felicidad sin que me quieras.

Esta noche, muy por encima de tus versos,
pudiste ser amada hasta los huesos,
y pudiste ser tu Cristo y tu pecado,
y ¿Por qué no? hasta tu salmo abierto.

Esta noche, en el amor
he colocado mis pasos en los tuyos,
y a fuerza de amar me supe a ti,
y solo justo aquí, fue así como te sentí.

Esta noche en mi piel vi convertirte en verso.
! Y me sentí morir cuando me hablaste del silencio!
Te imaginé sin mí, sin verme.
! Y fui testigo del dolor en su máximo exponente!

Esta noche estuve implícito en tu nombre,
siendo el amén a tu sonrisa,
en mi tiempo pude verte detenida,
sin remedio y sin final, sin que te toque.

Esta noche, vi morirte siquiera para dejar de amarme,
y tu diálogo sin mí me hizo delirar,
pude verte en la distancia, perdida sin hablarme,
y una alianza por ti recé para olvidar.

Sobrevivo esta noche apenas vulnerable,
y en tu sitio me ves, tal como supuse,
cada poema tuyo, mi prisión, ya lo sabes,
del amor que tu alma me provoca y consume.

Lenin, 29-julio-2009

viernes, 7 de agosto de 2009

VENDITO INSOMNIO


Anoche perdí mi sueño
mientras estaba indagando:
¿Del deseo quién es dueño?
y comencé meditando:

Empezar con trenta y cinco
el camino del poeta,
más que gigantesco el brinco
es utópica la meta.

Poco a poco comprendí
que la respuesta es compleja,
y a buscar me decidí
las raíces de mi queja.

Y mi pasado por dentro
desde los tiempos remotos,
indagué hasta su centro
entre cientos de devotos.

Y entre mis ancestros veo
(aunque no esté demostrado),
a la persona que creo
es culpable de mi enfado.

Se dice que de pequeño
dedicó sus aptitudes,
a crear con tal empeño
que le sobraban virtudes.

A pesar que no fue largo
por las aulas su camino,
su cultura sin embargo
fue más rica que el destino.

Su nobleza era admirable,
su corazón pura prosa,
y su verso comparable
con la más divina rosa.

En su memoria tenía
sus poemas nunca escritos.
¡Y que verso lo cubría!
¡Eran sus versos venditos!

Mas que por tu verso pienso,
te amé por otro tesoro,
en el cual fuistes inmenso,
y cuidaste como al oro:

Tu pasión por la familia
con tu corazón gigante,
con tu nobleza en vigilia
y con tu amor delirante.

Si tu eres el culpable
de que me crea poeta,
es mi queja cuestionable,
y un gran honor esa meta.

¡Venga mi insomnio vendito!
Hágale honor a mi abuelo.
Y aunque no crea repito:
¡Que dios lo tenga en el cielo!

Resumo y no me sorprende,
con su pensar y su lira:
¡La Vida, el color depende,
del cristal con que se mira!

POETA ?


Era un domingo cualquiera
de algún mes sin importancia,
cuando toda su inocencia
hizo gala de elegancia.

!Qué decencia!, !Qué destreza!
en verdad no hacía falta.
Imagino su sorpresa
cuando emprendí la batalla.

Sólo en usted madre mía,
semejante sugerencia,
sobre la tierra podría
encontrar humana esencia.

Sé muy bien cuánto cariño
siente por mí, grande y fuerte,
pero ya no soy su niño
y la lógica he de verle.

Poeta yo no parezco,
(que yo escriba es otra cosa)
en verdad se lo agradezco,
su intención era muy hermosa.

Piénselo bien, sea franca,
tiempo tenemos de sobra,
no tomaré represalias
si confiesa que fue en broma.

Más si persiste en su empeño
muy franco debo yo serle,
y confesarle mi sueño.
Lea con calma y compruebe:

Yo soñé ya hace tres días
un sueño bastante raro,
mis poemas resumía
y quería publicarlos.

Visité mil editores,
tres mil doscientos poetas,
catorce mil cantautores,
y noventa y dos profetas.

En aras de serle breve
he resumido el sentir,
de las críticas más leves
que me honraron en decir:

Sobre editores confieso
que muy poco conversamos,
fueron tantos los tropiezos
que no tengo un hueso sano.

Treinta mil quinientas puertas
una tras otra fui hallando.
Sólo en tres tuve respuesta:
“Deje su nombre y sus datos”.

Para aprovechar el tiempo
me dirigí a los poetas,
de los cuales gran porciento
eran doctores en letras.

Uno admiró mi osadía,
otro me dijo inocente.
¿Pero la gran mayoría?
¡Qué sinceras son la Gente!

“Lo suyo a prosa no llega.
¿Por qué le dice Poemas?
Es su rima cola vieja,
y su ritmo va en carreta...”

“...Cuando comienza parece
que un soneto usted pretende,
y de repente se vuelve
lo mismo Silva que Zéjel.”

Entonces fue que me dije:
“Creo entender el mensaje,
escribo yo versos libres,
necesito quién los cante”

Y sin perder ni un minuto
en busca fui de cantantes.
El propósito era nulo,
y el resultado frustrante.

Aunque fueron más decentes
(los que no estaban de gira):
“Lo suyo es rap de invidentes
y lo nuestro es la guajira.”

Terminé con los profetas,
los que dijeron a coro:
“...No logrará una peseta
escribiendo de ese modo...”

“...!Con que Poeta so bruto!
Más que cínico es canalla.
Es su chiste de mal gusto.
¡Salga urgente de esta sala!”

Un profeta muy paciente,
más que humano, casi santo,
me dijo: “Mire, su gente
un gran daño le ha causado...”

“...Su mamá le quiere mucho
pero a poco eso le basta,
el poeta de este mundo
debe pagar lo que gasta...”

“...A sus seres más queridos
quizás conmueva su encomio,
pero al lector hijo mío,
lo mandas pa’l manicomio.”

Madre, mi madre querida,
más no preciso decirle,
tres noches llevo seguidas
completicas sin dormirme.

Ya que le cuento mi pena
espero que sea franca,
reconozca, de Poeta,
la verdad no tengo nada.

jueves, 6 de agosto de 2009

TÚ Y YO


Eres el sol que me deslumbra en la mañana.
Eres la brisa fresca, la ola que me baña.
Eres mi luna nueva, mi noche, mi calma,
y eres tú mi atardecer, eres mi propia alma.

Eres luciérnaga, la luz de mi paciencia.
Eres mi bello lirio, suave, fresco y tierno,
y eres el escudo, la espada, y mi flecha.
Eres el canto más divino de lo eterno.

Eres mi paz donde termina toda guerra.
Eres el pacto que se ciñe sobre lanzas.
Eres el pájaro cantor que me desvela,
y eres la llama que me aviva la esperanza.

Eres un ave en pleno vuelo, sus dos alas,
aleteando fervorosas mis palabras,
y eres diosa, eres santa, eres el hada,
que me despierta dulces sueños con sus ansias.

Y eres mi lunes y mi martes, y mi miércoles.
Eres mi jueves y mi viernes cuando vienes.
Eres mi sábado y domingo cuando duermes,
y eres mi enero y mi febrero hasta diciembre.

Eres el astro, mil estrellas, mi universo,
mi osa mayor, y mucho más, todo mi espectro,
y eres mi Tauro, mi zodíaco, mi centro,
y eres mis ojos, yo tus labios, tu mi cuerpo.

Eres mi yo, toda mi flor, y todo el ramo.
Y soy tu yo, no somos dos, somos un árbol.
Y tu mi rama, yo tu tronco y tu mi tramo.
Y yo tus hojas, tu mis frutos, yo tus pasos.

Y yo tus huesos, tu mis venas, yo tu sangre.
Tu mi pensamiento, yo tu habla, tu mi verbo.
Y tú mi corazón, y fuerte tú me lates.
Y junto a ti siempre me late todo el cuerpo.
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