viernes, 7 de agosto de 2009

POETA ?


Era un domingo cualquiera
de algún mes sin importancia,
cuando toda su inocencia
hizo gala de elegancia.

!Qué decencia!, !Qué destreza!
en verdad no hacía falta.
Imagino su sorpresa
cuando emprendí la batalla.

Sólo en usted madre mía,
semejante sugerencia,
sobre la tierra podría
encontrar humana esencia.

Sé muy bien cuánto cariño
siente por mí, grande y fuerte,
pero ya no soy su niño
y la lógica he de verle.

Poeta yo no parezco,
(que yo escriba es otra cosa)
en verdad se lo agradezco,
su intención era muy hermosa.

Piénselo bien, sea franca,
tiempo tenemos de sobra,
no tomaré represalias
si confiesa que fue en broma.

Más si persiste en su empeño
muy franco debo yo serle,
y confesarle mi sueño.
Lea con calma y compruebe:

Yo soñé ya hace tres días
un sueño bastante raro,
mis poemas resumía
y quería publicarlos.

Visité mil editores,
tres mil doscientos poetas,
catorce mil cantautores,
y noventa y dos profetas.

En aras de serle breve
he resumido el sentir,
de las críticas más leves
que me honraron en decir:

Sobre editores confieso
que muy poco conversamos,
fueron tantos los tropiezos
que no tengo un hueso sano.

Treinta mil quinientas puertas
una tras otra fui hallando.
Sólo en tres tuve respuesta:
“Deje su nombre y sus datos”.

Para aprovechar el tiempo
me dirigí a los poetas,
de los cuales gran porciento
eran doctores en letras.

Uno admiró mi osadía,
otro me dijo inocente.
¿Pero la gran mayoría?
¡Qué sinceras son la Gente!

“Lo suyo a prosa no llega.
¿Por qué le dice Poemas?
Es su rima cola vieja,
y su ritmo va en carreta...”

“...Cuando comienza parece
que un soneto usted pretende,
y de repente se vuelve
lo mismo Silva que Zéjel.”

Entonces fue que me dije:
“Creo entender el mensaje,
escribo yo versos libres,
necesito quién los cante”

Y sin perder ni un minuto
en busca fui de cantantes.
El propósito era nulo,
y el resultado frustrante.

Aunque fueron más decentes
(los que no estaban de gira):
“Lo suyo es rap de invidentes
y lo nuestro es la guajira.”

Terminé con los profetas,
los que dijeron a coro:
“...No logrará una peseta
escribiendo de ese modo...”

“...!Con que Poeta so bruto!
Más que cínico es canalla.
Es su chiste de mal gusto.
¡Salga urgente de esta sala!”

Un profeta muy paciente,
más que humano, casi santo,
me dijo: “Mire, su gente
un gran daño le ha causado...”

“...Su mamá le quiere mucho
pero a poco eso le basta,
el poeta de este mundo
debe pagar lo que gasta...”

“...A sus seres más queridos
quizás conmueva su encomio,
pero al lector hijo mío,
lo mandas pa’l manicomio.”

Madre, mi madre querida,
más no preciso decirle,
tres noches llevo seguidas
completicas sin dormirme.

Ya que le cuento mi pena
espero que sea franca,
reconozca, de Poeta,
la verdad no tengo nada.
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